UD 2- EL MEDIO FÍSICO DE EUROPA, ESPAÑA Y ASTURIAS

 EL MEDIO FÍSICO DE EUROPA, ESPAÑA Y ASTURIAS

Europa vista desde el espacio exterior

1. GEOGRAFÍA FÍSICA DE EUROPA

Se denomina «Europa» al continente europeo en casi todas las lenguas germánicas (salvo en inglés, donde se llama Europe).

También tiene que ver con la diosa griega Europa que la mitología cuenta que fue raptada por Zeus y llevada a la isla de Creta. 

Representación del rapto de Europa en una pintura romana hallada en Pompeya. Museo Arqueológico Napoles, Italia

1.1. Situación

Europa es el segundo continente más pequeño del mundo tras Oceanía. En realidad se trata de una gran península situada en el Hemisferio Norte al oeste del bloque continental de Eurasia.

Limita al norte con el océano Glacial Ártico; al sur con el Cáucaso, el mar Negro y el mar Mediterráneo; al este con los montes Urales, el río Ural y el mar Caspio; y al oeste con el océano Atlántico.


Cuenta con 10.530.751 kilómetros cuadrados, lo que representa el 2% de la superficie de la Tierra. 

1.2. El relieve de Europa 


Europa presenta una gran variedad física con multitud de penínsulas, golfos, mares interiores, islas de diferente tamaño, etc. El continente europeo es predominantemente llano con una altitud media de unos 340 metros. Podemos distinguir tres grandes conjuntos: 
  • Los macizos antiguos: Montes Escandinavos, Urales, Macizo Central francés. 
  • La gran llanura 
  • Las cordilleras alpinas: Alpes, Pirineos, Balcanes, Cárpatos y Cáucaso. 
La escasa altitud del terreno y el predominio de formas suaves hacen que, en general, el relieve europeo no constituya un obstáculo al asentamiento de la población y al desarrollo de sus actividades. 

1.3. Las costas de Europa 


Las costas de Europa son muy recortadas. Pueden ser elevadas y formar acantilados cuando las montañas llegan al mar como en Noruega, Escocia y el mar Cantábrico o formar costas bajas cuando los relieves que llegan hasta el mar son llanos como en los Países Bajos y Dinamarca. Europa presenta numerosas penínsulas como la Escandinava, la Ibérica, la Itálica y la Balcánica; golfos como el de Botnia, Finlandia,Vizcaya, León, Genova y Venecia; cabos como el Cabo Norte, S. Mateo, Finisterre, Roca, S. Vicente, Gata, Nao y Spatvento; estrechos como el de Gibraltar y Sicilia; y canales como el Canal de la Mancha.

Europa cuenta con numerosas islas entre las que destacan: Islandia, Gran Bretaña, Irlanda, el archipiélago de las islas Baleares, Córcega, Cerdeña, Sicilia, Creta y Chipre. 

1.4. Los ríos y los lagos de Europa 

Europa cuenta con multitud de mares exteriores como el de Barents, el Báltico, el Mar del Norte, el Cantábrico, el Mediterráneo, el Tirreno, el Adriático, el Jónico, el Egeo y el Mar Negro y con algunos mares interiores como el Mar Caspio.


Además está surcada por numerosos ríos que se clasifican por la vertiente en la que desembocan:
  • Los ríos de la vertiente ártica: Dvina Septentrional, Pechora 
  • Los ríos de la vertiente atlántica: Dvina Occidental, Vístula, Oder, Elba, Rin, Sena, Loira, Duero y Tajo. 
  • Los ríos de la vertiente mediterránea: Ebro, Ródano y Po 
  • Los ríos que desembocan en el mar Negro: Danubio y Dniéper 
  • En el mar Caspio: Volga y Ural
Europa también cuenta con algunos lagos, la mayoría de origen glaciar. Los más importantes son: Onega, el Ladoga, el Constanza o el Balatón. 

1.5. El clima de Europa 


Por su ubicación en la esfera terrestre Europa presenta una enorme variedad climática aunque con predominio claro de los climas templados. Los tipos de clima que aparecen en el continente europeo son: 
  • Clima polar, se extiende por encima del Círculo Polar Ártico, con una vegetación propia de la tundra. 
  • Clima oceánico, se da en la franja atlántica, desde el norte de Portugal a la costa noruega, adentrándose hacia el interior hasta donde alcanza la influencia del mar. El paisaje característico es el bosque atlántico, formado por árboles caducifolios como hayas y robles. En algunas zonas costeras aparece la landa, compuesta por brezos, retamas y juncos. 
  • Clima mediterráneo, domina en el sur. Abundan los matorrales, los arbustos y las especies típicas del bosque mediterráneo: encinas, pinos y alcornoques. 
  • Clima continental, se extiende por el centro y este de Europa. La vegetación característica es la pradera y, en las zonas frías, las especies propias de la taiga, como abetos, pinos y abedules. 
  • Clima de alta montaña, se encuentra en las zonas más altas de las montañas europeas, con un paisaje de bosques y prados. 
  • Clima subtropical, sólo se encuentra en las Islas Azores y en las Canarias.
  
2. GEOGRAFÍA FÍSICA DE ESPAÑA 

Se atribuye a los fenicios, el origen del nombre España, que se supone se deriva de "i-saphan-im" (el significado hoy día está en discusión y las traducciones propuestas son: costa o isla de los conejos, costa o isla remota, costa o isla de los fundidores de metales/forjadores, costa o isla al norte), que era como aquéllos llamaban a la Península. 

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La península Ibérica desde el espacio.
España está situada en el sudoeste del continente europeo. Ocupa un territorio de 504.782 km², que se distribuyen de la siguiente manera: la Península ibérica (492.463 km²), el archipiélago (5.014 km²), el archipielago canario (7.273km² ) y Ceuta y Melilla (32 km²), lo que la sitúa entre los cincuenta países más extensos del mundo. 

La situación de la Península Ibérica en el extremo suroccidental de Europa, y a sólo 14 kilómetros de distancia del continente africano, dota a España de un gran valor estratégico: con proyección mediterránea, por un lado, y como encrucijada de caminos hacia África y América, por otro. La condición peninsular de una buena parte de España explica también la amplitud de su litoral, que se distribuye en el Océano Atlántico y el mar Mediterráneo. 

Sobresale en Europa por su situación periférica en un extremo, continentalidad dominante, costas rectilíneas y por ser un mosaico de piezas geográficas, lo que ha determinado la particular trayectoria histórica de las actuales regiones españolas. La influencia del mar es escasa (pese a la longitud de las costas estas son demasiado rectilíneas), lo que diferencia la Iberia interior (extensa, elevada y continental) y la Iberia periférica (marítima y accesible).

Su geomorfología es la de un país alpino y por su situación, entre los 36 y los 43 grados de latitud norte, su bioclima es subtropical- mediterráneo. El clima oscila desde el templado oceánico del Norte, el mediterráneo continental del centro y el mediterráneo en el Este y el Sur, lo que hace que exista una España húmeda correspondiente al Norte y las áreas montañosas, la España verde, con bosques frondosos, y la España seca del Mediterráneo.

 
2.1.   Relieve.
2.1.1. Principales rasgos del relieve:
  • La forma es maciza, escasamente recortada del contorno costero. 
  • La altitud media elevada (660 m), sólo superada en Europa por Suiza, debido a la elevada Meseta. 
  • La disposición periférica del relieve, con un cinturón de sierras periféricas.
Formación o génesis del relieve:

1.) Precámbrico (4.600-542 millones de años). 

Las primeras formas del relieve se formaron en el Precámbrico (4.700-570 millones de años), sobre todo durante la orogénesis charniana. El viejo macizo precámbrico, plegado y arrasado por la erosión, fue cubierto posteriormente por los mares paleozoicos. De aquél quedan algunos restos dentro del Macizo Galaico, el Sistema Central, y otros lugares menores (p.e. Menorca). 

2.) Era Primaria: Paleozoico (542-225 millones años). 

La Era Primaria o Paleozoico se data en 570 y 225 millones de años. Se formó la Meseta Central, con materiales de pizarras, calizas y otras rocas metamórficas y plutonianas.


Las tierras emergidas estaban concentradas en un único e inmenso continente, Pangea, que comenzó a quebrarse a finales de la Era Primaria. La Península era parte del continente Euroasiático (o Paleuropa), que soportaba la presión del continente de Gondwana (África, América del Sur) hacia el norte.

Después de la orogénesis caledoniana, llegó la orogénesis herciniana, en el periodo Pérmico, al final de la era Primaria (hace unos 270 millones de años), provocada por la definitiva separación de Pangea. Se formó una gran cordillera que iba desde el norte de África hasta Hercinia (en Alemania), engrosando los relieves precámbricos y cámbricos, rejuveneciéndolos. De esta cordillera subsisten en Europa los Vosgos, las Ardenas, el Macizo Central francés, y en España el Macizo Galaico y la Meseta Central. Entre África y Europa se formó el gran mar de Tethis.

La Península ibérica emergió entonces en su mitad noroccidental, siguiendo una línea que correría aproximadamente entre Huelva y Barcelona, formándose el zócalo de la Meseta Central, llamado Hespérico. La Península estaba unida entonces a la costa francesa (Galicia estaba pegada a Bretaña) con una inclinación del eje Galicia-Cataluña en dirección NS. Su espalda tocaba la cordillera de los Apalaches en Norteamérica, aún no separada. 

3.) Era Secundaria: Mesozoico (225-65 millones años). 

La Era Secundaria o Mesozoico (225-65 millones de años) fue una larga etapa de erosión de los relieves hercinianos del macizo Hespérico, hasta crear una gran penillanura, y de sedimentación en las cuencas del mar de Tethis, progresivamente ampliado, cuyas regresiones y transgresiones colmataron con estratos sedimentarios mesozoicos las depresiones que rodeaban el Macizo Hespérico (el único conjunto no inundado por el mar), sobre todo en las zonas pirenaica y bética, mientras que en la zona del sistema ibérico se acumulaban depó­sitos de origen marino. 


4.) Era Terciaria (65-2 millones años). 

En la Era Terciaria (65-2 millones de años), que forma parte del Cenozoico (que aún dura), la Península como es hoy en día fue configurada por el movimiento tectónico alpino-himalayo en el Terciario inicial o Paleogeno (65-25 millones de años).

Su origen fue la completa separación de los continentes actuales y la presión hacia el norte de los pertenecientes al antiguo continente de Gondwana, registrándose dos formidables efectos:
  • El plegamiento, por presión, de los inmensos y flexibles sedimentos secundarios y terciarios del mar de Tethis, hasta formar grandes cordilleras. 
  • La fractura de los rígidos macizos antiguos, rejuveneciendo el relieve al crear horsts elevados y cubetas hundidas, junto a la formación de grandes depresiones en los puntos de contacto entre los macizos y las cordilleras alpinas, pues algunos de los bloques se hundieron a lo largo de las líneas de contacto (las depresiones del Ebro y del Guadalquivir).
El plegamiento alpino será el más importante de la historia geológica de la Peninsula, más que el herciniano, pues de él resultaron:
  • Las cordilleras de los Pirineos y las Béticas. 
  • Las fosas sedimentarias del Ebro y del Guadalquivir. 
  • El rejuvenecimiento, por plegamiento y fracturación, de los bordes del macizo meseteño, con la formación de las cordilleras Cantábrica e Ibérica y de la Sierra Morena. 
  • La desnivelación, mediante fallas, del Macizo Galaico. 
  • El levantamiento, a modo de horsts, de los bloques montañosos del Sistema Central y los Montes de Toledo. 
  • La inclinación tardía hacia el Atlántico de la actual Meseta (más afectada por el plegamiento alpino en el Este) lo que definió la hidrografía actual.
Una larga etapa en el Neogeno, al final del Terciario (25-2 millones de años), supuso la denudación y sedimentación de los relieves alpinos anteriores, pero con menor intensidad que en la era Secundaria (debido al menor tiempo geológico transcurrido).



5.) Era Cuaternaria (desde 2 millones años). 

En la Era Cuaternaria (desde hace 2 millones de años) se produjeron fenómenos de glaciación, con efectos erosivos que han afectado profundamente a la Península. Glaciares, morrenas, lagos, la hidrografía y muchas de las formas del relieve actual corresponden a los efectos de las sucesivas glaciaciones.


2.1.2. Las grandes unidades del relieve español.


El relieve español es bastante accidentado, siendo España uno de los países más elevados de Europa. En él podemos distinguir las siguientes unidades: 

A.- La Meseta. Ocupa todo el centro de la Península. Su altitud media es de 600 m y se halla ligeramente inclinada hacia el Atlántico. Es un inmenso zócalo del Paleozoico arrasado en el Mesozoico, atravesado por el Sistema Central, que la divide en dos submesetas, septentrional y meridional.

La Meseta forma un conjunto de terrenos llanos y elevados de rocas muy antiguas entre las que abunda el granito, gneises, cuarcitas y pizarras metamórficas.

Ha sufrido deformaciones, sobre todo la herciniana, en la que fue erosionada formándose una penillanura con inclinación hacia el Este, después basculada al Oeste por la presión alpina, produciéndose abombamientos y resquebrajaduras, creándose dovelas elevadas y depresiones intermedias rellenadas con materiales modernos (mesozoicos y cenozoicos), por lo que en determinados lugares las rocas antiguas están recubiertas por otras sedimentarias que se han depositado sobre las anteriores en épocas más recientes. La roca sedimentaria más abundante es la arcilla, que da lugar a amplias superficies cultivables.

En la parte oeste de la Meseta, donde aparecen las rocas antiguas, los ríos forman barrancos profundos muy adecuados para la construcción de embalses. La clara inclinación hacia el Atlántico hace que los ríos corran hacia este, lo que obliga a los ríos Duero, Tajo y Guadiana a seguir un largo curso desde su nacimiento, más cerca del Mediterráneo, hasta su desembocadura en el Atlántico.

La Meseta ocupa gran parte de Castilla y León, Castilla-La Mancha y Extremadura y en ella dominan los paisajes de amplios horizontes y vastas superficies monótonas ocupadas por trigales, olivares, viñedos y barbechos.

B.- Las montañas interiores de la Meseta. Son sistemas montañosos que atraviesan la Meseta:

a)  El Sistema Central: Forma un importante conjunto montañoso con una anchura de hasta 50 km. Esta montañas atraviesan la Meseta de este a oeste y la dividen en dos partes: la submeseta norte, drenada por el Duero, y la submeseta sur, drenada por el Tajo y Guadiana.

Está compuesto de rocas muy antiguas (granitos y otras rocas paleozoicas) y por su estructura no es una cordillera sino un complejo conjunto de varias rupturas ocasionadas por el plegamiento alpino, con alineaciones paralelas de horsts (bloques elevados) y fosas (blo­ques hundidos). Entre ellas pasa el Puerto de Navacerrada, que comunica el norte y el sur.

Las cumbres están arrasadas por la erosión. Hubo una fuerte acción glaciar en el Cuaternario.

Se distinguen cinco sierras, de este a oeste: Somosierra, Guadarrama, Gredos, Gata y La Estrella (en Portugal). La cima más alta es el pico Almanzor (2.592 m).

Submeseta Norte:
La Submeseta Norte tiene una altura media de 700-850 m. La ocupa la antiplanicie del Duero y forma una inmensa llanura en la que aparecen páramos en la parte alta. El río Duero y sus afluentes (Esla, Pisuerga, Tormes, Adaja) cruzan la Submeseta Norte formando y regando algunas vegas, como la Tierra de Campos.


Submeseta Sur:
La Submeseta Sur tiene una altura media de 600-750 m. (inferior a la del Norte), por lo que representa una falla o escalón que ocupa el Sistema Central. Está formada por dos antiplanicies separadas por los Montes de Toledo y las sierras de Guadalupe y San Pedro (estas en Extremadura): la antiplanicie del Tajo y la del Guadiana. En la Submeseta Sur encontramos llanuras extensas como la de La Mancha y la penillanura extremeña.


b) Los Montes de Toledo Situados entre La Mancha y la penillanura extremeña, son de escasa altitud (1.200-1.400 m), que disminuye de Oeste (Guadalupe, Montánchez, San Pedro) a Este. Es de tipo apalechense por su erosión diferencial reciente, que ha arrasado los materiales pizarrosos y respetado las cuarcitas, que han quedado como crestones sobre los valles pizarrosos.

Campo de Calatrava. Entre los Montes de Toledo y Sierra Morena, es una zona montañosa elevada sobre la llanura de la Mancha. Está formada por un abombamiento del zócalo en dirección N-S. La presión alpina provocó fracturas, con fenómenos volcánicos.


Penillanura extremeña. Es una superficie muy amplia y nivelada, con pequeños relieves residuales (crestones de cuarcita, macizos graníticos) como montes-isla. En la Tierra de Barros hay derrubios finos (arcillas, arenas).
 

C.- Las montañas que bordean la Meseta, es decir, la Meseta aparece limitada y aislada del resto de la Península por una serie de relives que la rodean y entre las que destacan:

 a) Montes de León: 

Las sierras de Tràs-os-Montes en Portugal y los Montes de León limitan la Meseta por el NO. Estos relieves forman un conjunto complejo y desordenado de montañas en las que abunda la pizarra.
Los Montes de León no son muy elevados, pero su anchura y la falta de valles transversales dificultan extraordinariamente las comunicaciones entre Galicia, Asturias y la Meseta, causando aislamiento entre Galicia y el resto de España. En cambio, el enlace natural de Galicia con Portugal explica en gran parte sus continuadas relaciones y su afinidad lingüística. 


b)  La Cordillera Cantábrica, Es el borde septentrional de la Meseta, desde Asturias hasta el País Vasco, formando una barrera montañosa que limita la Meseta por el Norte y la aísla del mar.

En esta cordillera hay dos sectores bien diferenciados, oeste y este, separados por los Picos de Europa (el pico más alto es Torre Cerredo, 2.648 m).

La zona oeste (sector asturiano). Es el sector más elevado, formado en el Paleozoico por rocas antiguas falladas, plegadas y levantadas del Carbonífero, unas pizarras que contienen carbón mineral. Este carbón se extrae en las minas de Asturias y la provincia de León. Estos terrenos, a lo largo de las eras geológicas, han sufrido fracturas y plegamientos, lo que explica que las vetas de carbón tengan una distribución fracturada e irregular, lo cual dificulta su extracción y la mecanización de las minas. Estos relieves montañosos dificultan las comunicaciones de la Meseta con Asturias, por lo que gran parte del tráfico debe circular por el Puerto de Pajares.

La zona este (sector cántabro). Es baja y está formada por relieves sedimentarios plegados entre los que abunda la caliza. Son relieves abruptos, pero más bajos que en la zona occidental, y discontinuos. En las calizas se encuentran muchas cuevas, y en algunas (p.e. Altamira), se han hallado importantes pinturas rupestres. Por esta zona más baja Castilla se comunicó al mar.

c)  El Sistema Ibérico: La cordillera ibérica rodea la Meseta por el noreste y este, en unos 380 km de longitud en la dirección NO-SE.

El sector del tercio noroccidental es el más elevado, con las sierras de Demanda, Urbión y Moncayo (Moncayo, 2.313 m).

El sector medio divide la cordillera en dos ramales al llegar junto al río Jiloca: la primera alineación limita al sur a la Depresión del Ebro y llega hasta el Mediterráneo, con las sierras de Gúdar y Javalambre; la segunda alineación bordea la Meseta, con la sierra de Albarracín y la Serranía de Cuenca. Entre ambas alineaciones se abre la zona hundida o fosa tectónica de Calatayud-Teruel.

En la cordillera dominan los relieves plegados, calcáreos y muy erosionados, entre los que asoman las rocas paleozoicas en el NO.

Es una cordillera muy alta y amplia por lo que aísla el litoral mediterráneo del interior y dificulta las comunicaciones. Las sierras de este sistema montañoso afectan profundamente las provincias de Soria, Teruel y Cuenca, montañosas y pobres de recursos. Por el centro de la cordillera discurre la divisoria de aguas más importante de la Península ya que en ella nacen los ríos Duero, Tajo, Turia y Júcar.

d)   Sierra Morena: Es la continuación del zócalo de la Meseta en el sur, formando su límite meridional y se extiende desde la frontera portuguesa de Huelva hasta el suroeste de Albacete. Su borde sur lo constituye la Depresión del Guadalquivir.

Está formada por materiales muy antiguos: granitos, pizarras, rocas metamórficas... en general muy semejantes a los del Sistema Central.

Las montañas no son elevadas, con una media de 1.000 m, culminando en la Sierra Madrona (Bañuela, 1.323 m), pero resulta muy difícil transitar por ellas debido a que no hay valles transversales que las atraviesen. El paso más importante que comunica la Submeseta Sur y Andalucía es el de Despeñaperros. La importancia estratégica de este paso explica que en su proximidad tuvieran lugar batallas tan decisivas como la de Las Navas de Tolosa o la de Bailén.

En Sierra Morena se encuentran numerosas minas. Los yacimientos de mercurio de Almadén, de cobre de Riotinto, los de carbón de Peñarroya y los de plomo de Linares son buenos ejemplos. Algunas de estas minas y otras, hoy agotadas, se conocen desde la Antigüedad y han atraído importantes poblaciones para su explotación.

D.- Las montañas exteriores a la Meseta, situadas en la periferia de la Península. Estas montañas son: el Macizo Galaico, los Montes Vascos, los Pirineos, la Cordilleras Catalanas y las Cordilleras Béticas.

a)  El Macizo Galaico: Situado en el NO de la Península, ocupa gran parte de Galicia. Es un abombamiento del ángulo noroccidental de la Meseta, con muchas fallas en dirección N-S.

Está formado por un zócalo de rocas antiguas, semejante al de la Meseta, intensa­mente erosionadas por la glaciación cuaternaria. La fracturación produjo muchos horsts y cubetas. Los bloques elevados forman viejos relieves o elevadas mesetas con algunas cumbres de rocas más resistentes. Destaca el bloque elevado de Cabeza de Manzaneda (1.778 m), contra fosas tectónicas (Bierzo, Monforte).

La proximidad del litoral y el desnivel existente entre las altas mesetas y el mar da a los ríos una enorme fuerza erosiva que talla en el granito valles profundos y gargantas, muy adecuadas para establecer embalses para la producción de energía eléctrica, sobre todo en el río Miño y su afluente el Sil.

b)  Los Montes VascosEs un conjunto de montañas poco altas que enlazan la Cordillera Cantábrica con los Pirineos. Predominan las rocas secundarias, sobre todo calcáreas, muy erosionadas que ofrecen un paisaje típico de simas, dolinas y cavernas. Destacan el pico Aitzgorri (1.544 m) y Peña Gorbea (1.480 m).

c)  Los PirineosEsta cordillera se extiende de este a oeste a lo largo de 430 km entre los cabos de Creus y de Higuer, formando una alta muralla accesible por algunos pasos como por ejemplo los de Perthus, Canfranc o Roncesvalles.

Es un paisaje típicamente alpino, en cuya estructura se distinguen varias zonas:

1) Axial, de este a oeste, dividida en tres partes: central, occidental y oriental.
  • La parte central es la más compacta, elevada e impenetrable, constituida por materiales paleozoicos fallados y posteriormente levantados (montañas) o hundidos (depresión de la Cerdaña). Es notoria la erosión glaciar, de la que restan circos, lagos y valles en artesa (con fondo llano y pendientes muy pronunciadas). En el Pico de Aneto (3.404 m) está el mayor glaciar de circo de España. Otra cima es el Monte Perdido. 
  • Las partes occidental y oriental descienden progresivamente y acaban formando relieves suaves tanto en la costa cantábrica como en la mediterránea.
2) Prepirineo, al norte y al sur de los Pirineos. Son bandas de montañas paralelas que descienden gradualmente a modo de escalones hasta el valle del Ebro y la llanura de Aquitania en Francia. Predominan los materiales calcáreos plegados, que forman sierras ásperas de tonos claros y escasa vegetación, cortadas por profundos barrancos. Sólo en las zonas donde abundan las margas los ríos abren valles amplios y fértiles, gracias a los abundantes caudales y a los sedimentos aportados desde los cursos superiores.

d)  Cordilleras Catalanas: Son dos alineaciones montañosas que se extienden paralelas a la costa, en dirección noreste-sudoeste y cierran la Depresión del Ebro al litoral mediterráneo. La Cordillera Prelitoral tiene las sierras de Montseny y Montserrat. La Cordillera Litoral tiene relieves secundarios (Garraf, Montsià), que caen al mar. Sus altitudes no superan los 2.000 millones y están formadas por materiales muy diversos, en parte paleozoicos, rejuvenecidos por el movimiento alpino. Entre las dos cordilleras hay una estrecha depresión de gran importancia humana (Sabadell, Terrasa...) y económica. Están atravesadas por algunos valles fluviales (Ter, Llobregat).

e)  Cordilleras Béticas: Las Cordilleras Béticas forman un conjunto montañoso extremadamente complejo y de interpretación muy discutida. Son las cordilleras más jóvenes de la Península. Se distinguen dos unidades: la Cordillera Penibética al Sur (la más alta) y la Subbética al Norte, separadas por una depresión longitudinal llamada “surco intrabético”. Se extienden desde Gibraltar hasta el cabo de la Nao (la Subbética) y el cabo de Palos (la Penibética).

- Cordillera Penibética. Son abundantes los materiales antiguos (paleozoicos). En ella se sitúa la sierra más elevada de la Península, con los picos del Mulhacén (3.478 m) y el Veleta (3.392 m).

- Surco intrabético. Comprende una serie de depresiones u hoyas como las de Baza, Guadix, Granada, Antequera... con una intensa explotación agrícola y centros urbanos y comerciales muy importantes en el conjunto andaluz.

- Cordillera Subbética. Forma un arco externo de materiales secundarios plegados, entre los que dominan las margas y las calizas. El conjunto más importante está situado cerca de la cabecera del Guadalquivir donde las sierras de Cazorla, Segura y La Sagra forman un núcleo de dispersión de aguas que da nacimiento al Guadalquivir y al Segura. Otras sierras se extienden hasta el Mediterráneo y llegan al cabo de la Nao, desde donde parece que se prolongan bajo el mar hasta formar parte del relieve de las Baleares, concretamente en Mallorca e Ibiza.

E.) Las depresiones exteriores a la Meseta. En España se distinguen dos grandes depresiones: la Depresión del Ebro y la Depresión del Guadalquivir.

La orogénesis alpina, al fallar los materiales paleozoicos, provocó la fracturación en bloques, con el hundimiento de algunos de estos. Destacan las depresiones o fosas prealpinas del Ebro y del Guadalquivir. De menor importancia geológica son las depresiones castellanas: amplias llanuras interiores que se extienden por la submeseta meridional (Tajo) y septentrional (Duero), también de orogenia alpina, como las anteriores.

Los materiales de estas depresiones son en su mayor parte arcillas, margas, areniscas y otras rocas sedimentarias. Los ríos, al pasar por las depresiones se hunden en estos materiales blandos y forman valles amplios que separan cerros poco extensos de vertientes suaves. Se forman paisajes tabulares si algún estrato duro protege los materiales blandos inferiores. En las zonas más bajas las aguas tienen dificultades para salir y se forman marismas y lagunas.

a)  La Depresión del Ebro: Forma un triángulo entre los Pirineos al norte, la Cordillera Ibérica al suroeste y las Cordilleras Catalanas al este. Esta situación geográfica cerrada en el interior explica la continentalidad del clima y la escasez de precipitaciones.

La recorre el único gran río de la vertiente mediterránea, el Ebro, que con todos sus afluentes (Arga, Aragón, Gállego, Cinca y Segre desde el norte, Jalón y Guadalope desde el sur) forma una amplia red hidrográfica.

Los suelos de los valles del Ebro y sus afluentes son muy fértiles, con un amplio uso agrícola. En cambio, en las zonas situadas entre estos valles la presencia de costras salinas, generalmente de yesos, configura unos terrenos áridos. Abundan las formas raras, como los tormos y las formas diapíricas. 


La Depresión del Ebro hace millones de años era un mar cerrado que, al evaporarse y desaparecer, dio lugar a la formación de yacimientos salinos, como son los de Suria y Cardona (sal gema, carnalita) y Navarra (potasas).

b)  La Depresión del Guadalquivir: Forma un triángulo limitado por Sierra Morena y las Cordilleras Béticas que se abre progresivamente a la influencia del Océano Atlántico por un frente marítimo extenso de unos 300 millones de largo. En esta parte baja se encuentran materiales de origen marítimo costero, que dan unos suelos limosos muy fértiles.

La recorre el río Guadalquivir, que discurre pegado a la Sierra Morena y es la única llanura española de fácil penetración, no sólo desde la costa sino también a través de las altas montañas que la rodean, gracias a los valles transversales.

F.) Las llanuras litorales. En todo el litoral existen llanuras más o menos estrechas, según la mayor o menor proximidad de las montañas a la costa.
 

G.) El relieve insular, propio de nuestros archipiélagos: Baleares y Canarias.

a) Las Islas Baleares:  Su relieve se caracteriza por la diversidad. Mallorca e Ibiza tienen una estructura semejante a la Cordillera Bética, resultado del levantamiento alpino.

Mallorca tiene tres conjuntos morfoestructurales: la sierra del Tramuntana (al noreste, con las máximas alturas, Puig Major, 1.443 m), la llanura central y la sierra de Levante (al este, con Son Morell, 561 m).

Ibiza tiene la altura de Talaiassa (475 m).

Menorca es semejante a la Cordillera Costera Catalana, con un sector al norte de materiales antiguos paleozoicos y bajas alturas, muy erosionadas.

b) Islas Canarias: Son siete grandes islas, formadas con grandes relieves volcánicos, lo que les da una naturaleza geológica completamente distinta a la peninsular. Surgieron desde el Mioceno al rasgarse el fondo marino durante el levantamiento alpino. La erosión costera y del escaso suelo es intensa.

Lanzarote y Fuerteventura son islas llanas pero las demás son muy montañosas. En Tenerife destaca el volcán del Teide (3.715 m), la mayor altura de España. En Gran Canaria destaca el Pico de las Nieves. La Palma, Hierro y La Gomera tienen alturas muy inferiores.

2.2.   Ríos y costas

A.- Los ríos españoles:


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Río es una corriente continua y permanente de agua. Los ríos que desembocan en el mar se denominan ríos principales; los que desembocan en otro río, afluentes.

Llamamos cuenca hidrográfica a la superficie de tierra cuyas aguas vierten a un mismo río, y red fluvial al conjunto de corrientes de agua que existen en una cuenca. Por ejemplo, la cuenca hidrográfica del Duero la forman las tierras comprendidas entre la cordillera Cantábrica, el sistema Ibérico, el sistema Central y el océano Atlántico. Su red fluvial la constituyen el río Duero y todos sus afluentes.

Todos los ríos que desembocan en un mismo mar pertenecen a la misma vertiente.

En un río podemos distinguir: 
  • El curso: Es el camino que recorre un río desde su nacimiento a su desembocadura. 
  • El cauce o lecho: Es la concavidad por donde discurre el río. 
  • La desembocadura: Es el lugar donde vierte sus aguas. 
  • El caudal: Es la cantidad de agua que lleva un río en un lugar de su curso. Se expresa en m3 por segundo. 
  • El régimen: Es la evolución del caudal a lo largo del año. Si el caudal no sufre variaciones apreciables, el régimen es regular. Los ríos de régimen irregular tienen crecidas (período de máximo caudal) y estiajes (períodos con caudal mínimo).

Dada la enorme variedad del clima y del relieve de España, los ríos presentan gran diversidad en cuanto a su caudal, régimen, curso y perfil. Sus características principales son: 
  • El escaso caudal de la mayoría de los ríos, debido a las bajas precipitaciones que recibe gran parte de la Península. De esta generalidad quedan excluidos los ríos de la España lluviosa (norte y noroeste de España) y los ríos Duero y Ebro. 
  • La disimetría fluvial. Los ríos de la vertiente atlántica son mucho más largos que los de la ver-tiente mediterránea. El río Ebro es una excepción. 
  • El régimen irregular de la mayoría de los ríos. Los ríos de la España húmeda son de caudal regular porque reciben lluvias durante todo el año; en cambio, los ríos de la España seca sufren grandes crecidas y grandes estiajes. 
  • La diversidad de perfiles fluviales. Los ríos atlánticos y mediterráneos, tras salvar el desnivel inicial, corren lentamente hacia su desembocadura. Los ríos cantábricos son de curso rápido y accidentado porque, en pocos kilómetros, deben salvar grandes desniveles del terreno. 
  • Los ríos españoles son poco aptos para la navegación. Sólo son navegables el Ebro, desde Tortosa hasta su desembocadura; el Guadalquivir, desde Sevilla hasta el Atlántico, y el tramo final del Miño.

El agua de nuestros ríos se utiliza principalmente para la producción de energía hidroeléctrica, el riego y el abastecimiento de las ciudades.

Desde hace más de cincuenta años existen planes de aprovechamiento de agua a escala nacional. Se ha intentado ampliar progresivamente las áreas de regadío y paliar la disimetría hidrográfica de la Península mediante obras como el trasvase de aguas desde el Tajo hasta el Segura.

Los ríos peninsulares vierten sus aguas al mar Cantábrico, al océano Atlántico y  al  mar  Mediterráneo.  Cada  una  de  estas  vertientes  recibe  unos  ríos  que  se diferencian por sus características físicas y por su régimen fluvial. 

Los ríos de la vertiente cantábrica: 

Los ríos de la vertiente cantábrica son muy numerosos, cortos y caudalosos, porque su nacimiento se sitúa a escasa distancia de su desembocadura en la Cordillera Cantábrica; esto explica por qué en su recorrido han de salvar un gran desnivel. Son caudalosos por la abundancia  de  precipitaciones  de  la  zona  por  la  que  discurren;  por  eso  su caudal es regular, es decir, no sufre grandes variaciones (crecidas y estiajes) durante todo el año.

A  esta  vertiente  pertenecen y son los más importantes: el Bidasoa, el Deva y el Nervión, en el País Vasco; el Pas y el Besaya, en Cantabria;  el  Sella,  el  Nalón,  el Narcea. el Esva y el Navia, en Asturias; y el Eo, entre Asturias y Galicia. 

Los ríos de la vertiente atlántica:
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En esta vertiente se pueden distinguir: 
  • Los ríos gallegos. Presentan casi las mismas características que los ríos del Cantábrico, porque las condiciones climáticas y de relieve son similares. Destacan el Eume, el Tambre, el Ulla y el Miño.
    •  El Miño es  el  río  gallego  por  excelencia  y  aunque  desemboca  en  la  vertiente  atlántica tiene las mismas características de caudal, de longitud y de velocidad que los cantábricos. Nace en Fuenmiña, (Macizo Galaico) provincia de Lugo. Pasa por Lugo, Orense y Pontevedra. Desemboca en la Guardia, tras servir en su último tramo  de  frontera  con  Portugal.  Tiene  un  caudal  abundante  debido  a  las precipitaciones. Su afluente principal es el Sil
  • Los ríos que atraviesan la Meseta. Son por lo general largos, de perfil llano, excepto en algunos tramos de su cabecera, y de curso lento. El régimen suele ser irregular. Los principales son el Duero, el Tajo y el Guadiana. 
    • El Duero es  el  río  de  la  submeseta  septentrional,  la  mayor  cuenca  hidrográfica de España.  Nace  en  los  Picos  de  Urbión  (Sistema  Ibérico)  provincia  de  Soria.  Recorre parte de las provincias de Soria, Burgos, Valladolid y Zamora. Recoge agua  de  sus  afluentes  que  nacen  en  la  Cordillera  Cantábrica  y  el  Sistema Central, algunos de ellos son: Esla, Pisuerga, Adaja y Tormes. Desemboca en Oporto (Portugal).
    • El Tajo es el río más largo de la Península. Nace en la Sierra de Albarracín (Sistema Ibérico)  provincia  de  Teruel.  Discurre  entre  Sistema  Central  y  los  Montes  de Toledo en la Submeseta meridional. Pasa por las provincias de Teruel, Cuenca, Guadalajara,  Madrid,  Toledo  y  Cáceres.  Desemboca  en  Lisboa  (Portugal) formando  un  estuario (Mar de la Paja).  Sus  afluentes  entre  otros  son  el Alberche,  Tiétar  y Alagón.
    • El Guadiana nace  Campo  de  Montiel,  provincia  de  Albacete.  Discurre  entre  los  Montes  de Toledo  y  Sierra  Morena,  en  la  submeseta  meridional.  Pasa  por  las  provincias de  Albacete,  Ciudad  Real  y  Badajoz.  Hace  su  último  trecho  frontera  con Portugal.  Desemboca  en  Ayamonte  (Huelva).  Sus  afluentes  principales  son  el Jabalón, Záncara y Cigüela
  • Los ríos de la depresión Bética. Tienen un régimen irregular. El Guadalquivir es el río andaluz más importante. De curso mucho más corto son el Tinto y el Odiel.
      • El Guadalquivir nace en la Sierra de Cazorla (Sistemas Béticos) provincia de Jaén. Recorre el valle que lleva su nombre pasando por las provincias de Jaén, Córdoba, Sevilla y  Cádiz.  Recoge  aguas  de  Sierra  Morena  y  Cordilleras  Béticas  a  través  de afluentes como el Genil o el Guadiato. Desemboca en Sanlúcar de Barrameda (Cádiz). Su  desembocadura  en  forma  de  marisma  demuestra  que  proceso  todavía  no ha terminado, pues en época romana estas marismas eran un gran lago, lago que se ha ido llenando con los depósitos continentales y marinos

Los ríos de la vertiente mediterránea:
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Son, en general, cortos y de escaso caudal, excepto el Ebro. Su régimen suele ser irregular, de carácter torrencial. En esta vertiente se pueden distinguir: 
  • Los ríos catalanes. Los más importantes son el Ter y el Llobregat. 
  • El Ebro nace  en  Fontibre  (Cordillera  Cantábrica)  provincia  de  Cantabria.    Recorre  el
    valle que lleva su nombre, pasando por las provincias de Cantabria, Burgos, La Rioja,  Navarra,  Zaragoza  y  Tarragona.  Desemboca  en  Tortosa  (Tarragona) formando  un  amplio  delta.  Es  un  río  muy  caudaloso  en  una  zona  muy  seca debido al agua que recibe de sus afluentes que proceden de los Pirineos y del Sistema Ibérico. Algunos deellos son: Gállego, Aragón, Jalón y Segre
  • Los ríos levantinos. Nacen en el sistema Ibérico o en las sierras Subbéticas. Son de corta longitud y su perfil es pronunciado en la cabecera y llano en los últimos tramos. Los ríos más importantes son el Mijares, el Turia, el Júcar y el Segura. 
    • El Turia o Guadalaviar Nace en la Muela de San Juan (Sierra de Albarracín, Sistema Ibérico) provincia de  Teruel.  Pasa  por  Valencia,  regando  sus  fértiles  tierras.  Desemboca  en  la ciudad de Valencia.
    • El Júcar nace  en  la  serranía  de  Cuenca  (Sistema  Ibérico)  provincia  de  Cuenca. Atraviesa    las  provincias  de  Cuenca,  Albacete  y  Valencia,  regando  las  fértiles tierras de su vega. Desemboca en Cullera (Valencia) Su afluente es el Cabriel.
    • El Segura nace en Sierra del Segura (Sistemas Béticos) provincia de Jaén. Pasa por las provincias  de  Jaén,  Albacete,  Murcia  y  Alicante,  regando  su  fértil  huerta. Desemboca en Guardamar del Segura (Alicante).  Su afluente es el Mundo.
  • Los ríos mediterráneos andaluces. Son de corto curso, escaso caudal y régimen irregular. Destacan el Almanzora y el Guadalhorce.
En España hay pocos lagos. Los más importantes son: la laguna de la Janda (Cádiz), el lago de Bañolas (Gerona), el lago de Sanabria (Zamora) y la laguna de Gallocanta (Zaragoza). En Asturias los más importantes son los lagos de Covadonga y los lagos de Somiedo. 

B.- Las costas españolas:
1)  Las costas atlánticas:

Cabo Peñas, Asturias

Las costas atlánticas son la costa cantábrica, la costa gallega y la costa atlántica andaluza. 
  • La costa cantábrica se extiende desde la desembocadura del río Bidasoa, en el este, hasta la punta de Estaca de Bares, en el oeste. Es una costa rectilínea y acantilada, con pequeñas rías y escasas playas.

Destacan el golfo de Vizcaya, la bahía de Santoña y los cabos de Ajo y Peñas.
  • La costa atlántica gallega se extiende desde la punta de Estaca de Bares hasta la desembocadura del río Miño, en el límite con Portugal. Es recortada y acantilada.

Destacan las rías altas (Ferrol, Ares, Betanzos,…) y las rías bajas (Arousa, Vigo, Pontevedra,…) y los cabos de Ortegal y Finisterre.
  • La costa atlántica andaluza se extiende desde la desembocadura del río Guadiana, en el oeste, hasta la punta de Tarifa, en el este. Es una costa baja y arenosa.

Destacan la ría de Huelva, el golfo de Cádiz, el cabo de Trafalgar y el estrecho de Gibraltar. 

2) Las costas mediterráneas


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Las costas mediterráneas son el litoral catalán, el golfo de Valencia y una parte de la costa andaluza.
  • El litoral catalán se extiende desde el delta del Ebro al cabo de Creus. Presenta algunos deltas, como los del Ebro y el Llobregat, tramos acantilados y playas.

Destacan el golfo de Roses y el cabo de Creus.
  • El golfo de Valencia se extiende desde el cabo de La Nao hasta el delta del Ebro. Es una costa baja y arenosa, con largas playas y numerosas albuferas como la de Valencia. 
  • La costa mediterránea andaluza se extiende desde el peñón de Gibraltar, en Cádiz, hasta el cabo de La Nao, en la costa levantina. Es una costa con alternancia de acantilados y playas. También son frecuentes los campos de dunas y las albuferas, como la del Mar Menor.

Destacan el peñón de Gibraltar, el golfo de Almería y el cabo de Gata. 

2.3. Climas y paisajes

España, desde el punto de vista climático, actúa como un pequeño continente en el que existe una gran variedad de climas. El clima de España, en general, está caracterizado por temperaturas extremas, excepto en el norte, y por precipitaciones insuficientes. El clima es más uniforme a lo largo de la costa cantábrica y atlántica, que son normalmente húmedas y frescas. La meseta central tiene veranos tan áridos que la mayor parte de los cursos de agua quedan secos y la sequía es habitual. La mayor parte de España recibe menos de 610 mm de precipitación anual; las montañas septentrionales son bastante más húmedas. En la provincia de Madrid, el frío invierno puede llegar a congelar los cursos de agua de montaña, mientras que las temperaturas del verano llegan a superar los 42 °C. En contraste, la costa sur del Mediterráneo tiene un clima subtropical. Málaga, en el extremo meridional, tiene una temperatura media invernal de 14 °C. El clima alpino sólo se conoce en el Pirineo central.

Distinguimos por tanto las siguientes variedades de climas: 

A.  Clima mediterráneo: 

Está localizado en el sur y este peninsular y en las islas Baleares. Los inviernos son templados y los veranos calurosos. Las lluvias, escasas y muy irregulares, caen sobre todo en primavera y otoño. Existe una degradación del clima mediterráneo hacia un tipo semiárido en el extremo del sureste peninsular.

La vegetación es la propia del bosque mediterráneo, caracterizada por el matorral, encinas, alcornoques y garrigas. En las zonas más áridas, como por ejemplo Almería, la vegetación es de tipo xerófito (plantas adaptadas a climas muy secos). 

B. Clima mediterráneo continentalizado: 

Es propio del interior de la Península, de la Meseta y del valle del Ebro. Presenta grandes diferencias de temperaturas: inviernos fríos y largos y veranos calurosos y cortos. Las lluvias son escasas e irregulares y se producen principalmente en primavera y otoño.

La vegetación es de llanuras secas desprovistas de árboles, excepto donde existen bosques de encinas, pinos mediterráneos y alcornoques, que suelen concentrarse en las zonas más altas. Hay también vegetación de plantas bajas aromáticas: tomillo, espliego y romero. 

C.  Clima atlántico u oceánico: 

Corresponde a la zona del Cantábrico y a Galicia, sometidos du-rante todo el año a la influencia de los vientos atlánticos. Tiene temperaturas suaves y lluvias abundantes y regulares.

La vegetación presenta prados y bosques como el roble, castaño y haya. 

D. Clima de montaña: 

Presenta abundancia de precipitaciones, a veces en forma de nieve, y temperaturas muy bajas. Comprende los territorios situados a más de 1. 000 m de altitud.

La vegetación varía según la altitud y la orientación; existen prados sobre todo, y en las cimas, no hay vegetación. 

E. Clima de las islas Canarias: 

Es de tipo subtropical, con temperaturas suaves durante todo el año y precipitaciones escasas, más abundantes en la zona norte de las islas como más relieve. 

3. GEOGRAFÍA FÍSICA DE ASTURIAS 

"Asturias nunca tuvo más nombre que este, ya que antes de ser llamada así no fue llamada de otro modo"
José Manuel González y Fernández Valles. 

El origen etimológico de la voz Asturias ha sido muy discutido por diversos estudiosos. La opinión mayoritaría cree que su significado tiene que ver con un hidrónimo ("corriente de agua" "río" "torrente entre montañas", etc.). Los romanos llamaron Astura al actual río Esla y a los moradores de sus márgenes, astures. 


Asturias está situada en la zona norte de la península Ibérica. Limita al norte con el mar Cantábrico, al este con Cantabria, al Sur con Castilla y León y al oeste con Galicia. Se encuentra delimitada por accidentes naturales: el mar Cantábrico, al norte; la cordillera Cantábrica, al sury y por las rías del Eo y del Deva, al oeste y al este, respectivamente.

Tiene una extensión de 10.603,57 km², lo que representa el 2,1% del total de la superficie de España. 

El paisaje asturiano presenta rasgos claros de la España atlántica, pero con una notoria variedad, derivada se su posición central en la franja cantábrica, lo que le permite participar de los caracteres físicos de los sectores occidental gallego y oriental vasco-cántabro.

3.1. El relieve de Asturias. 


El relieve asturiano se caracteriza por los siguientes rasgos: 
  • Las fuertes pendientes. Asturias es la región más montañosa de España, con una pendiente media del 33%, y el 58% del territorio con pendientes superiores al 30%. Las superficies llanas son escasas, concentrándose en la rasa litoral, el área central y las vegas de los ríos.
  • La elevada altitud media. La mitad del territorio se sitúa por encima de los 700 m de altura. 
  • La disposición compleja de sus unidades. Solo dos están presentes en toda la región: la rasa litoral, al norte, y la línea de cumbres de la cordillera Cantábrica, al sur. Entre ambas, la disposición orográfica es muy variada, según se trate de la zona occidental o de la oriental.

Dentro del relieve asturiano pueden diferenciarse dos unidades de desigual importancia: la rasa litoral (10% del territorio) y el Macizo Asturiano. 



A.-) La rasa litoral 

La rasa litoral o Marina es una franja costera llana que recorre todo el litoral y se abre al mar en acantilados. Tiene una anchura de entre 1 y 5 km y se halla escalonada en tres niveles, entre los 20 y los 300 m. 

Rasa litoral (centro de Asturias, concejo de Villaviciosa)

Las rasas son plataformas de abrasión marina resultantes de las variaciones del nivel del mar durante los períodos glaciares e interglaciares del Cuaternario. En los tres períodos de transgresión (hace 20, 12 y 2 millones de años), el mar elaboró tres superficies de abrasión, que en los períodos de regresión quedaron elevadas. Desde entonces, la rasa ha estado sometida a la erosión fluvial, que la ha fragmentado en tramos, y a procesos de carstificación en los sectores calizos orientales, que han creado dolinas, lapiaces y formas peculiares como los bufones (surtidores de agua marina a presión en las cimas de los acantilados). 

Bufones de Pría, concejo de LLanes

El número de niveles de la rasa varía en los distintos tramos del litoral. 
  • Al oeste de Avilés solo se aprecia uno, resultante de la fusión de los dos niveles más recientes. 
  • En la península del cabo Peñas se aprecian perfectamente los tres niveles. 
  • En el tramo oriental se distinguen dos áreas. Entre Gijón y Ribadesella los tres escalones desaparecen debido al carácter blando de los materiales, y desde Ribadesella reaparecen con claridad. En este último sector, el nivel superior (entre los 100 y 300 metros de altura), constituye las llamadas sierras planas de cuarcita (Cue, Borbolla, Pimiango), mientras que el nivel inferior, modelado sobre roquedo calizo, contiene formas peculiares de relieve kárstico, como los bufones.
La costa asturiana se extiende a lo largo de 350 km, entre las rías del Eo y Tina Mayor. Presenta un perfil rectilíneo, interrumpido por algunos salientes y entrantes. El principal saliente es el cabo Peñas, aunque existen otros menores, correspondientes a rocas duras, resistentes a la erosión del mar (cabo Vidio). Los entrantes son estuarios o rías que resultan de la invasión de los valles fluviales por el mar (Eo, Navia, Nalón, Avilés, Villaviciosa, Ribadesella, Llanes y Tina Mayor). 

Vista aérea del centro de Asturias. En primer término el cabo Peñas y costa de los concejos de Gozón, Carreño, Gijón y Villaviciosa

En la costa son frecuentes los acantilados, cuya erosión origina islotes y farallones. Las playas se localizan en muchas ocasiones en el fondo de ensenadas.

B.-) El Macizo Asturiano 

Los rasgos que singularizan el Macizo Asturiano son el resultado de su historia geológica y del modelado sobre las unidades estructurales establecidas. 

a) La historia geológica arranca en la orogénesis herciniana de la Era Primaria, que levantó el Macizo Asturiano como borde norte del Macizo Hespérico. Como resultado de las presiones orogénicas, adoptó una disposición curvada (denominada “la rodilla asturiana”), que consta de un tramo occidental con disposición NO, casi meridiana, que se curva al sur de la región, dando lugar a un tramo central-oriental con dirección E-O. Estos dos tramos experimentaron una evolución diferenciada: 
  • La zona occidental, al oeste del cabo Peñas, sufrió un arrasamiento generalizado por la erosión tras la orogénesis herciniana. Durante la orogénesis alpina, el relieve rejuveneció, y la diferente dureza de los materiales dio lugar a un relieve apalachense. En el sector más occidental, este se encuentra formado por sierras constituidas en las cuarcitas duras, de altura moderada y similar, perpendiculares a la costa y paralelas entre sí (Bobia, Rañadoiro, Cabra), separadas por valles largos y profundos abiertos por los ríos sobre las pizarras blandas (Eo, Navia, Narcea, Pigüeña, Trubia). En el sector más próximo a la cuenca central, las cuarcitas son sustituidas por calizas primarias (sierras del Aramo, Sobia y Mesa). 
Vista desde la sierra de la Bobia, al fondo ría del Eo, Vegadeo

  • En la zona central y oriental, tras la orogénesis herciniana se produjeron fracturas de distensión, que hundieron algunas zonas en el borde litoral y prelitoral, formando cuencas sedimentarias. En ellas se depositaron, primero, materiales continentales procedentes de las zonas elevadas próximas y, posteriormente, sedimentos marinos, al abrirse el mar Cantábrico a finales de la era secundaria (areniscas, arenas y caliza). La diversidad del roquedo impidió un arrasamiento generalizado y originó un relieve complejo, que, tras la orogénesis alpina, se fragmentó en franjas paralelas a la costa: 
    • Las sierras litorales, con una disposición oeste-este, se levantaron a partir de los materiales depositados en la cuencas sedimentarias litorales. En los tramos más orientales, el levantamiento fue muy fuerte: destruyó la cobertera sedimentaria mesozoica y dejó al descubierto los materiales paleozoicos (cuarcitas y calizas primarias de las sierras del Cuera y Sueve, elevadas a 1.000-1.300 m.). En los tramos más próximos a Oviedo y Gijón, el levantamiento fue más atenuado, y solo plegó la cobertera sedimentaria, por lo que sus materiales son secundarios (Santofirme-La Cima-Borines). 
 
Sierra litoral del Sueve

    • El surco prelitoral se extiende al sur de las cadenas litorales, desde Oviedo a Cangas de Onís. Es una fosa tectónica estrecha y alargada, resultante del hundimiento de un bloque del zócalo paleozoico, durante la orogénesis alpina, que se rellenó con materiales terciarios: arenas, margas y calizas. En algunos sectores afloran bloques de roquedo paleozoico, como el Naranco y la sierra de Pino. 
    • La cuenca central, en el centro-sur de la región, es un espacio de 2 500 km2, formado por materiales carboníferos, principalmente pizarras paleozoicas blandas, que sufrieron una fuerte erosión tras la orogénesis herciniana. La orogénesis alpina la rejuveneció, provocando el fácil encajamiento de la red fluvial del Nalón, que labró profundos valles separados por cordales o alineaciones de más de 1.000 metros. 
Valle del Nalón. Vista desde Mardana, concejo de Laviana

    • La región de los mantos, al este de la cuenca central, incluye mantos de corrimiento y cabalgamientos (cordales de Ponga y Caso). Se trata de unidades alóctonas (desplazadas horizontalmente de oeste-este desde otro lugar de origen) dispuestas sobre el roquedo autóctono en escamas superpuestas de cuarcita y calizas primarias. Entre los mantos existen pequeñas cuencas pizarrosas que prolongan la cuenca carbonífera central. 
    • Los Picos de Europa se localizan en el extremo oriental del Macizo Asturiano. Son un horst de calizas primarias levantado en la orogénesis alpina. Los Picos aparecen cortados por profundos cañones, recorridos por ríos procedentes de las montañas de la divisoria, que delimitan tres macizos: Andara, Covadonga y Bulnes (con las mayores alturas de la cordillera en Peña Vieja y Torre Cerredo -2 648 m.-).
Los Urrieles, encabezados por el Pico de los Cabrones y Torrecerredo desde las inmediaciones del Lago Enol, en el Macizo Occidental.
  • Las montañas de la divisoria, presentes en toda la comunidad, marcan el límite meridional de Asturias, separando los ríos que vierten al Cantábrico de los que vierten hacia el Duero o el Sil. Muestran una estructura fragmentada en macizos de unos 2.000 metros de altura, separados por amplios collados o puertos que permiten las comunicaciones con la Meseta (Ancares-Leitariegos; Leitariegos-Pajares; Pajares-San Isidro, y San Isidro-Pontón).

b) El modelado del Macizo Asturiano tras la orogénesis alpina y durante el Cuaternario ha sido el resultado de la acción hidrológica, glaciar, periglaciar y cárstica.

  • La red hidrográfica, tras el levantamiento alpino, llevó a cabo una fuerte erosión, debido a la proximidad de las monta–as a la costa, y contribuyó a realzar el relieve al profundizar los valles. 
  • La acción glaciar en las áreas situadas por encima de los 1.400-1.500 m. dio lugar a glaciares de circo, valles en artesa, cubetas -a veces ocupadas por pequeños lagos- y cordones morrénicos (sierras de Rañadoiro, Somiedo, Peña Ubiña, Picos de Europa). 
Valle glaciar del Valle, concejo de Somiedo

  • La acción periglaciar tuvo lugar en sectores menos altos, donde las temperaturas varían frecuentemente por encima y por debajo del punto de congelación. La alternancia de hielo y deshielo fragmenta las rocas, que se acumulan y deslizan por las laderas y tapizan el fondo de los valles. 
  • En las áreas de roquedo calizo (Picos de Europa, sierras del Sueve y el Cuera) se formaron diversas tipologías de relieve cárstico, como cavernas, dolinas, lapiaces, surgencias, gargantas, poljés y simas. 

3.2 Los ríos asturianos 


a) La red fluvial asturiana, como la del resto de la cornisa cantábrica, posee ríos numerosos, caudalosos, cortos y con gran fuerza erosiva, debido a que salvan fuertes desniveles (a veces de más de 2.000 m) en un corto recorrido, dada la proximidad al mar de las montañas en que nacen. 

Los ríos del área costera son cortos, ya que discurren entre las sierras litorales y la costa, y suelen presentar un caudal menos abundante. 

Río Piles, concejo de Gijón

Los ríos del occidente (Eo, Navia, Narcea, Trubia) son perpendiculares a la costa (dada la disposición del relieve) y discurren por las depresiones pizarrosas correspondientes a los valles del relieve apalachense. Son numerosos, pues los materiales pizarrosos facilitan el discurrir de numerosos cauces, y su recorrido es más largo y con menor desnivel, debido al mayor alejamiento y a la menor altitud de la cordillera respecto a la costa en este sector. 

Río Narcea, concejo de Pravia

Los ríos que recorren el surco prelitoral (Nora, Piloña, Nalón) van paralelos a la costa y circulan por las líneas de debilidad tectónica y litológica. 

Desembocadura del río Nalón vista desde Monteagudo, concejo de Pravia

Los ríos del oriente son perpendiculares a la costa (Sella) y discurren sobre rocas calcáreas más permeables, por lo que son menos numerosos y están más distanciados entre sí. Su recorrido es más corto y con mayor desnivel, debido a la mayor proximidad y mayor altitud del Macizo Asturiano en este sector. 

Río Sella

b) Las cuencas hidrográficas principales son ocho (Eo, Navia, Nalón, Costero-Occidental, Costero-Centro-Oriental, Costero Oriental, Sella y Deva-Cares). De ellas, la del Nalón-Narcea drena casi el 50% del territorio. 

c) El régimen de los ríos asturianos es bastante regular en comparación con otros de la Península. Sus principales tipos son: el nivopluvial (río con sus cuencas o cabeceras en las alturas más elevadas de la cordillera: Somiedo, Cares, Deva), el pluvionival (río que nacen a alturas más bajas de la cordillera: Trubia), el pluvial (río que recorren la costa o el surco prelitoral: Porcía, Esva), o el mixto (grandes río, como el Nalón). 

Río Porcía

3.3. Los lagos y las lagunas 

Los lagos asturianos son de origen glaciar (ocupan circos, valles cerrados por depósitos morrénicos o cubetas) o de origen cárstico (formados a partir de dolinas o poljés). Los ejemplos más destacados se encuentran en los Picos de Europa (lagos Enol y Ercina, en la montaña de Covadonga, mixtos de origen glaciar y kárstico) y en Somiedo (valles de Saliencia y del Pigüeña, con los lagos del Valle y de la Cueva, que ocupan cubetas glaciares). Entre las lagunas sobresalen las del bosque de Muniellos.

Lago Enol, concejo de Cangas de Onís
3.4. Clima de Asturias 

El clima de Asturias es oceánico, pero presenta una notable riqueza de matices debido a la incidencia de diversos factores. 

3.4.1. Los factores del clima asturiano 

Los factores que influyen en el clima asturiano son geográficos y termo-dinámicos. 

A) Los factores geográficos más destacados son: 
  • La latitud sobre el paralelo 43º N determina el predominio anual de las situaciones atmosféricas perturbadas. 
  • La influencia del mar suaviza las temperaturas y aporta elevada humedad a la zona litoral. 
  • El relieve origina precipitaciones orográficas e inversiones térmicas: 
    • Las precipitaciones orográficas están causadas por borrascas de componente norte y noroeste que acentúan su intensidad al ascender por la vertiente norte de la cordillera Cantábrica. En cambio, las borras-cas de componente sur, al descender por este sistema monta–oso, dan lugar a vientos cálidos y secos. 
    • Las inversiones térmicas son situaciones anómalas en las que la temperatura del aire es más fría en el suelo que en altura. Son propias del invierno, en situación anticiclónica persistente, en la que el aire frío subsidente se acumula y estanca sobre valles, depresiones y cuencas prelitorales, ocasionando nieblas bajas y rocío al amanecer. 
  • La combinación de la influencia del mar y el relieve genera una importante nubosidad. Durante el día, el aire del mar penetra en el interior y asciende ladera arriba, provocando nubosidad. Por la noche, el aire de la monta–a desciende al mar, ocasionando nieblas. Por tanto, incluso en situación anticiclónica puede darse una importante nubosidad capaz de producir precipitaciones.
B.) Los factores termodinámicos: la dinámica atmosférica

Las situaciones atmosféricas perturbadas predominan a lo largo del a–o. Las más frecuentes son las del oeste (paso de frentes) y del NO (precipitaciones abundantes reforzadas por el efecto orográfico de la cordillera). También ocasionan tiempo perturbado las situaciones del norte (precipitaciones abundantes al encontrarse la masa de aire con la barrera de la cordillera frontalmente a su trayectoria) y las situaciones del SO a partir de borrascas localizadas en las costas atlánticas del SO peninsular (originan precipitaciones en la monta–a, ya que el resto del territorio asturiano queda a sotavento del aire tras la cordillera). 

Las situaciones anticiclónicas tienen menor incidencia. Están ocasionadas por el anticiclón europeo (frío y seco, en invierno); por el anticiclón de las Azores en verano (que origina vientos del NE y tiempo despejado, aunque son frecuentes las nieblas por la llegada de vientos cargados de humedad), y por anticiclones polares atlánticos en todas las estaciones, aunque con menor frecuencia en verano (que aportan masas de aire frías o frescas y húmedas que, al contacto con las montañas costeras, provocan precipitaciones). La situaciones del S y SE son poco frecuentes y ocasionan una fuerte subsidencia de vientos cálidos y secos tras la cordillera, en ocasiones muy violentos. 

3.4.2. Elementos del clima asturiano

A) Las precipitaciones presentan las siguientes características:
Son abundantes (ningún lugar tiene menos de 800 mm al año), debido al vigoroso relieve y a la importancia que por su latitud tienen los tipos de tiempo perturbados. El número de días de lluvia al año se cifra entre 140 y 175.

Su distribución es bastante regular, aunque con variaciones. El máximo tiene lugar en invierno, por el descenso en latitud del frente polar y sus borrascas, que incrementan las situaciones perturbadas del O, NO y N. En verano registran una apreciable disminución por el ascenso del anticiclón de la Azores, que hace más frecuente las situaciones del NE, de escasa humedad.

Las precipitaciones varían con la distancia al mar, la altura y la disposición del relieve: 
  • Los mínimos se registran en algunos sectores costeros, como los cabos Vidio y Peñas, por el llamado “efecto de insularidad” que afecta a las islas, pequeños cabos y penínsulas sin relieve destacado. En estas zonas, las masas de aire marinas húmedas descargan en las laderas de los relieves montañosos situados más al sur. También se registran mínimos en valles interiores situados a sotavento de los vientos dominantes (tramo medio del Narcea, algunos tramos del Pajares, Navia e Ibias). 
  • Los máximos de precipitación tienen lugar en las zonas montañosas del sur de la comunidad y en las sierras litorales, por efecto orográfico. 

B) La nubosidad, las nieblas y la humedad son frecuentes: 
  • Asturias es la región más nubosa de España y la de menor insolación. En el litoral, es muy reducido el número de días despejados, debido a que el mar aporta agua a la atmósfera, y en el interior, el relieve favorece el estancamiento y el aumento de la nubosidad. La estación más luminosa es el verano, aunque se mantiene cubierto un día de cada tres, aproximadamente. 
  • Las nieblas son frecuentes y persistentes en los valles y depresiones y en la costa. Pueden condensarse sobre el suelo en forma de rocío o escarcha, constituyendo las llamadas “precipitaciones ocultas”, que proporcionan un aporte suplementario de agua al suelo. 
  • La elevada humedad deriva de la alta pluviosidad y de la condensación superficial.
C) Las temperaturas presentan los siguientes rasgos: 
  • La temperatura media anual es moderada, pues la influencia marina atenúa los contrastes. 
  • Las temperaturas experimentan variaciones con la distancia al mar, la altura y la disposición del relieve: 
    • En la costa son más suaves (media anual de 12º C-15º C) debido a la proximidad al mar y a la baja altitud, que compensan la mayor latitud. El tramo más cálido se localiza al este del cabo Peñas, por la influencia de una corriente marina cálida en verano, y los más frescos, en las ‡reas donde existen relieves montañosos próximos a la costa. 
    • En el interior, las temperaturas disminuyen debido a la degradación de la influencia marina y al incremento de la altitud. Esta disminución no es homogénea, ya que influye en ella la disposición del relieve: en las áreas interiores abiertas al mar por grandes valles perpendiculares a la costa, la temperatura media es similar o incluso superior a la de la costa; en cambio, en áreas más próximas al litoral pero favorables al estancamiento y a las inversiones térmicas, se dan temperaturas anormalmente bajas (Lugo de Llanera-Grado). Las temperaturas medias más bajas se dan en las áreas montañosas del sur.
3.4.3. Los tipos climáticos asturianos 

Los tipos climáticos asturianos son el oceánico y el de montañaa. 

A) El clima oceánico presenta variaciones: 
  • En la costa, con excepción de algunos sectores (cabos Peñas y Vidio), las precipitaciones son abundantes (en torno a los 1.000 mm) y regulares, aunque con máximos en invierno y un sensible descenso en verano. La nubosidad es frecuente, incluso en verano, y suele presentarse en forma de nieblas, originadas sobre el mar y empujadas hacia el interior por los vientos del norte. Debido a ello, la humedad relativa es alta (80% de media anual). Las temperaturas son suaves en invierno y frescas en verano, por lo que la amplitud térmica es baja (de 9º C a 11º C). 
  • En la zona prelitoral y en los valles interiores localizados a sotavento de los vientos dominantes, las precipitaciones descienden algo (en torno a los 900 mm), y también la temperatura del invierno, debido a la disminución de la influencia marina. Por tanto, la amplitud térmica es mayor (entre 11º C y 12º C).
B) En la montaña, el incremento de la altura hace crecer las precipitaciones hasta los 1.200-2.000 mm, siendo de nieve en las cimas más altas durante el invierno. También descienden las temperaturas del invierno (inferiores a 4º C) y las del verano (en torno a los 15º C). 

3.5. La vegetación y paisaje de Asturias 

La vegetación asturiana es la propia del clima oceánico. Predominan el bosque caducifolio, las landas y los prados; aunque también existen especies exóticas, refugiadas en determinados enclaves, y bosques de repoblación. 

A.) La vegetación natural se dispone escalonadamente: 
  • El piso basal (costa, valles bajos y surco prelitoral hasta los 800 m) tiene como formaciones vegetales características: el bosque mixto de roble carvallo y castaño sobre roquedo silíceo; el bosque de avellano y fresno sobre roquedo calizo; los bosques de ribera de alisos y sauces, y algunos bosquetes perennifolios de encinas y alcornoques en enclaves aislados, muy soleados y resguardados de acantilados y gargantas fluviales (alcornoques del alto valle del Navia –Boxo-, carrascales de la montaña centro-occidental y encinas de las costa Llanes-Ribadedeva). 
  • El piso forestal (ente los 800-1 500 m) incluye, escalonadamente,  roble albar en las solanas y rebollo en las umbrías (800-1.100 m), hayas (800-1.500 m) y abedules y acebos (en el límite superior de este piso). 
  • El piso supraforestal (por encima de los 1.500 m) está ocupado por landas o matorrales (principalmente brezo y piorno) y praderas de pequeña talla.
B.) Los bosques de repoblación están constituidos por pinos y eucaliptos, cuya madera se aprovecha para el entibado de las minas y la industria papelera. El pino se localiza en el área costera y en el interior del occidente asturiano, y el eucalipto, en la costa oriental. Ambas especies han sido muy criticadas porque empobrecen el suelo y arden más fácilmente en caso de incendio. 

3.6. Los suelos 

En las zonas de roquedo silíceo del área occidental y central predominan los ranker, en las zonas de más pendiente, y la tierra parda, en los fondos de los valles y la rasa.

En los suelos calizos del sector oriental predominan las rendzinas. 

4. Espacios protegidos en Asturias 

Asturias ha sido pionera en la protección de espacios naturales. En 1918 se declaró en su territorio el primer parque nacional español, el de la Montaña de Covadonga, en los Picos de Europa, que posteriormente aumentó su extensión por los territorios de León y Cantabria y pasó a denominarse Parque Nacional de los Picos de Europa. 

La política medioambiental de la comunidad está regulada por la Ley de Protección de Espacios Naturales (1991) y el PORNA (Plan de Ordenación de los Recursos Naturales, 1994), que prevé una Red Regional de Espacios Naturales Protegidos que comprende 58 espacios sobre una extensión de 3.200 km2 (el 30% de la superficie regional). Sus objetivos son incluir muestras representativas de los principales ecosistemas, compatibilizar el desarrollo económico de estas áreas con su conservación y proteger las especies vegetales y animales amenazadas. La red incluye cuatro categorías de espacios protegidos: parques naturales, reservas biolgicas, paisajes protegidos y monumentos naturales.
Los cuatro parques naturales (Fuentes del Narcea y del Ibias, Picos de Europa, Somiedo y Redes) admiten la continuidad de las actividades agrarias tradicionales.

La reserva biológica integral del bosque de Muniellos se destina a uso científico y tiene muy limitadas las actividades humanas. Además existen nueve reservas parciales: dos en la cordillera Cantábrica (Peloña y Cueto), tres en la costa (las rías del Eo, Villaviciosa y Barayo) y cuatro cuevas (Llovio, Sidrón, Cueva Rosa y Las Caldas).

Los diez paisajes protegidos por su interés paisajístico y ambiental se localizan en la costa (Cabo Peñas y otros sectores) y en las sierras del interior (entre ellas, el Aramo, Cuera, Sueve, Carondio y Ubiña).

Los 35 monumentos naturales protegen hitos singulares, como ciertos árboles (tejos, carvallos, un haya, saucedas y alcornocales), formas cársticas (bufones, torcas, cuevas), playas, cascadas y yacimientos de icnitas.

Además, con el fin de evitar el “efecto isla” y garantizar la conexión entre los espacios protegidos, se establecen corredores ambientales de conexión a través de valles fluviales y desfiladeros (valles de los ríos Color y Mampodre, de los ríos Purón y Cabra y desfiladero del río Casañu). 

También se están seleccionando los Lugares de Importancia Comunitaria (LICs), que serán elegidos Zonas Especiales de Conservación (ZECs) en la Red Natura 2000 de la Unión Europea. Se trata de 35 lugares, veinte incluidos en la Red Regional y otros quince más, entre los que se hallan trece cursos fluviales y sus riberas y dos enclaves destinados a la recuperación del oso pardo.

Finalmente, se han aprobado los catálogos de flora y fauna amenazadas (63 y 20 especies, respectivamente). Hasta el momento, los mayores esfuerzos se han dirigido hacia el oso pardo cantábrico, la recuperación del salmón en ciertos ríos y la reintroducción del quebrantahuesos en las montañas de Picos de Europa, restaurando sus hábitats naturales y apoyando a los centros de reincorporación de los animales tratados al medio natural.